Relojes. No todos son iguales. De hecho, existe un reloj interno en todos los seres humanos que hace que el cuerpo realice ciertas funciones en determinados momentos del día.
Científicamente, este sistema se denomina ritmo circadiano. La medicina circadiana, que es muy nueva, explica cómo el cuerpo trabaja con sus propios ritmos naturales para activar los momentos adecuados para el consumo de alimentos, el sueño y el ejercicio.
¿Qué tiene que ver este reloj interno con la nutrición? Tiene mucho que ver, sobre todo para una buena digestión y absorción de nutrientes al comer. El cuerpo tiene unos horarios establecidos para realizar funciones como la digestión y la absorción de nutrientes en determinados momentos del día. Si las rutinas y los horarios diarios no coinciden con los horarios del cuerpo, puede producirse un desequilibrio que puede provocar fatiga, aumento de peso, estrés e incluso enfermedades. Hablando sólo en términos de alimentación, para tener una nutrición adecuada, el 50% depende de la elección correcta de los alimentos y el otro 50% depende de cuándo y cómo se consumen. Parece sencillo, pero la vida no siempre cumple los horarios. Establecer relaciones sanas con la comida es todo un reto. El ritmo circadiano: qué es y cómo funciona
El reloj interno se reinicia cada mañana con la luz del día, cada 24 horas. Este reloj es un sistema que consta de un reloj central, o reloj maestro, situado en el cerebro. Además, hay muchos relojes periféricos situados en las células, los órganos y los tejidos. El reloj maestro funciona como una especie de director de orquesta que dirige muchas funciones metabólicas del organismo.
El reloj maestro se encuentra en las profundidades del centro del cerebro, en el hipotálamo, justo debajo del nervio óptico. Un grupo de 20.000 neuronas del tamaño de un grano de arroz se encarga de percibir los cambios de luz y oscuridad y otras señales del entorno que indican al cuerpo que debe realizar diferentes funciones durante un periodo de 24 horas, regulando las horas de sueño y vigilia. A medida que el entorno cambia, este reloj interno utiliza las señales del entorno para reajustarse gradualmente.
El hipotálamo también regula procesos que no controlamos conscientemente, como la respuesta de lucha o huida, la presión arterial, el metabolismo, la producción de hormonas, la temperatura corporal y la reparación celular, entre otros. La piel regenera sus células diariamente. Incluso la flora intestinal (bacterias del intestino) cambia según la hora del día. Por lo tanto, hay ciertos momentos del día en los que el cuerpo es más eficiente para procesar los nutrientes.
Lo ideal es que el reloj maestro y los relojes periféricos estén sincronizados. Por lo tanto, cuando el cerebro utiliza la luz y la oscuridad para avisar al cuerpo de cuándo debe comer, el sistema digestivo se prepara para la digestión de los alimentos que llegan. Los alimentos que se consumen fuera del ritmo circadiano diario pueden dificultar la pérdida de peso incluso llevando una dieta nutritiva y baja en grasas.
Comer y dormir a horas inadecuadas interrumpe el ritmo circadiano, lo que altera la capacidad de tener un metabolismo sano y una potente respuesta autoinmune.
Este sistema funciona no sólo para los seres humanos, sino también para toda la naturaleza y todos los organismos que la componen. El comportamiento de los animales se basa en este ritmo o reloj natural, saben cuándo despertar, cuándo comer, cuándo migrar, cuándo descansar y cuándo dormir, y no están atados a relojes externos, brújulas o teléfonos móviles.
La conclusión es que el cuerpo siempre sabe qué hora es y funciona independientemente de los relojes externos que dictan la hora constantemente. Hábitos que alteran el ritmo circadiano
La investigación sobre el ritmo circadiano demuestra cómo los hábitos diarios interactúan con el ritmo natural interno, influyendo en la nutrición, el bienestar y la salud física y mental. Algunos ejemplos son:
- Mirar las pantallas de televisión, los ordenadores y los teléfonos a altas horas de la noche envía información errónea al cerebro de que es hora de despertarse, no de dormirse.
- Picar demasiado o comer demasiado tarde puede interrumpir el sueño y robarle energía al día siguiente.
- Falta de ejercicio
- Estrés
Todos estos comportamientos o hábitos afectan al ritmo natural de sueño y vigilia, esto a su vez, afecta al ritmo natural de producción hormonal y al trabajo del sistema nervioso.
Sugerencias para mantener el ritmo circadiano a tiempo
- Para una digestión saludable, siga los horarios establecidos para las comidas importantes del día.
- El almuerzo debe ser la comida más importante del día, y la comida más pequeña se consume en la cena.
- Si tu horario de trabajo te lo permite, intenta acostarte todas las noches alrededor de la misma hora, idealmente a las 22:30.
- Apaga todos los aparatos electrónicos al menos una hora antes de acostarte.
- Intenta dormir entre siete y ocho horas seguidas por la noche.
- Ejercicio durante el día
Esta es la fórmula natural para reducir el estrés y las enfermedades, mantener el peso extra y aumentar la energía.
Puede llevar tiempo incorporar estos hábitos a un estilo de vida ajetreado, pero los beneficios para la salud, tanto física como mental, compensan con creces el coste.